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domingo, 14 de agosto de 2016

El Hombre ha llegado a Marte




El hombre ha llegado a Marte. Me gustaría decir esto y que no se engañen, porque vivimos engañados en una sociedad que se traga absolutamente todo porque lo dice la televisión o el político de turno.  
Y detrás de ellos hay una gente que no quiere que sepamos la verdad. 

El hombre ya ha llegado  a Marte,  y les voy a explicar por qué
hago tan brutal afirmación.  Voy a empezar diciendo que es que recuerdo con frecuencia en las impresionantes declaraciones de un importante trabajador de la Nasa,  de iniciales CM, que afirmó haber visto un extraterrestre, ni más ni menos que un extraterrestre de tres metros de alto en la órbita de la Tierra reuniéndose con astronautas humanos.
 Lo vio desde su puesto de control en el centro espacial Kennedy en Cabo Cañaveral en Florida, y esto ocurrió en el año 1991 según el periódico británico Daily Mail.

  La espectacular criatura, según sostenía este hombre, este astronauta que estaba allí trabajando en este centro de control, se acercó a los dos astronautas estadounidenses durante un minuto y siete segundos mientras flotaban ingrávidos en el exterior de aquella lanzadera espacial, en una escena absolutamente increíble.
 También afirmó haber sido perseguido desde que lo dijo, llegando a denunciar que había sido despojado de su pensión alimenticia,

suspensión del dinero que le llegaba a su cuenta corriente cada mes,

teniendo que vivir exclusivamente de lo que le pagaban la seguridad social de Estados Unidos,  aunque por sus credenciales le tendría que corresponder una suma de dinero mucho mayor tras haber participado en más de ochocientas misiones de la Nasa.
  Bien,  esto es el planteamiento, y es que a partir de este momento este hombre se hizo muy celoso de su intimidad y de su historia, y de ahí que utilice sus iniciales, pero de alguna manera su valor y su lucha por descubrir la verdad comenzó a destapar la caja de los truenos de lo que sería,  a todas luces un programa espacial secreto al margen de lo que conocemos públicamente.  Ese programa espacial estaría compuesto de dos vertientes perfectamente definidas.  Una en la que los contactos extraterrestres, por mucho que nos cueste creerlo, serían habituales a las puertas de la Tierra y otra vertiente,  como vamos a ver a continuación, que estaría exponiendo tecnologías desconocidas para llegar a lugares aparentemente imposibles,  como lo es el planeta Marte.

  Al respecto de la primera vertiente pues siempre me he preguntado la razón dónde esos encuentros,  sus comunicaciones, sus acciones, de qué hablarían y qué hacían allí dos seres humanos con ese extraterrestre de tres metros,  y sobre todo sería la primera vez que le habría ocurrido algo asi.   
Era  la primera vez que un empleado de la nasa había visto algo

así.  Sin tener las credenciales para ver lo que ocurre realmente en el centro espacial Kennedy,  en este artículo vamos a estudiar unas declaraciones sorprendentes de una mujer llamada Jackie,  quien según el mismo periódico el periódico Daily Mail y haciéndose eco de una llamada realizada al famoso programa Cost to Coast,  en Estados Unidos,  afirmó haber vivido en el año 1979, uno de los momentos más impresionantes de su vida también en el centro de

telemetría de las misiones Viking de la Nasa en Cabo Cañaveral. 

Escrito esto y si les parece bien,  vamos a abordar nuestra máquina del tiempo preferida y vámonos a ese año 1979 para ponernos en la piel de esta mujer llamada Jackie,  que junto a sus compañeros operadores de telemetría en este centro espacial Kennedy en Cabo Cañaveral de la Nasa va por los pasillos hablando del

equipamiento que está a bordo de la recién aterrizada misión Viking, en elplaneta rojo. 


Pues bajando las escaleras de ese centro de telemetría, de repente ella se da vuelta pues oye un ruido y todos observan en los monitores de video de arriba algo perturbador y  tremendo,  algo de lo que tienen que que pedir explicaciones inmediatamente sus

superiores, que había sido ocultado tanto a ellos como al Mundo.       
Son dos hombres que caminan con trajes de protección medioambiental cerca de los módulos Viking en Marte,  que están procediendo a realizar una operación con el equipamiento de las ruedas de un pequeño robot.  Jackie y sus compañeros se paran un poco, se frotan los ojos,  no pueden creerlo, pero ahí está

la sonda Viking aterrizada en el planeta comúnmente denominado como rojo. Y es en ese  momento en el que Jackie no no puede esperar más y sale corriendo con sus seis compañeros, salen como un rayo hacia otra habitación para tratar de chequear todas las señales de de vídeo,  para observar todas las tomas, todo en las las imágenes de aquello, pero al llegar alguien cierra la puerta de un portazo en sus narices, y todas las puertas de la sala.

  Están cerradas a cal y canto las puertas y las ventanas también, de hecho tienen como papeles puestos en las rendijas y en las comisuras.

  Todo está bloqueado para que ni ellos ni nadie puedan ver más.

Había sido un suceso accidental, algo que no debían haber visto, algo inesperado.

  Esto se mantuvo en secreto hasta el año 2014.  Jackie  aseguró

que la Nasa al menos durante el período comprendido entre 1979 y 2014 habría ocultado un programa espacial alternativo en el que no solo habrían colocado a un hombre en Marte, sino que Marte es un planeta habitable.  
  Dijo además que todo esto lo hicieron con una tecnología superior a todo lo que conoceríamos en la Tierra, al menos de forma pública.

  Entonces en ese programa espacial alternativo Jackie asegura que no se utilizó un traje espacial habitual de un astronauta sino uno de protección ambiental, y esto además corroboraría las declaraciones de un ex marine cuyo seudónimo es Capital, quien afirmó hace dos años también en el mismo periódico haber pertenecido a una fuerza especial del ejército de los Estados Unidos destinada ni más ni menos que en Marte, que habrían pasado allí 17 años,  que aunque cueste creerlo pues tendrían una tecnología mucho más avanzada de lo que habrían informado al público.  
Pues nos creemos que los teléfonos que tenemos son lo más avanzado que existe, pues bueno, esta declaración afirma que el mundo pues habría tenido y por ende tiene una tecnología mucho más avanzada,  que aún continúa oculta y que de hecho se logró poner a hombres en Marte.


  Entonces podría dedcir que aquellos humanos tendrían capacidad para maniobrar allí aún con las supuestas corrientes de viento que habría en la zona de aterrizaje de la misión Viking.  Eso significaría que realmente Marte tendría una espera minúscula pero claro, habida cuenta de que se sabe que en Marte hay nitrógeno,  hidrógeno,  oxígeno y fósforo, y que incluso y sorprendentemente las fotos de wikipedia muestra en el  cielos azules, pues quizá estemos hablando de una misión más que posible a día de hoy, en un planeta con una atmósfera menos dañina para el

hombre de lo que pudiésemos pensar.  En tercera medida esta tecnología en este programa espacial alternativo desde luego se explicaría la larga vida de funcionamiento de las sondas Mars Spirit y Mars Opportunity, con algunas fotografías en donde se podrían ver paneles solares excesivamente limpios.  ¿Pues cómo es que se puede aplicar esa limpieza a procesos automáticos?

  Esto significaría que Nasa miente al respecto de la tecnología moderna, y lo que vemos a día de hoy en Marte realmente ya habría sido utilizado y habría sido testeado anteriormente y mentirían también sobre sus planes para llevar al ser humano a Marte en el año 2030.

  Con todo esto que estoy expresando aquí,  se podría afirmar que tendríamos un programa espacial alternativo que confirmaría la llegada del hombre a Marte, pero esto jamás se se hará público, primero porque Nasa tendría que explicar la tecnología para llevar a un hombre arriba, admitiendo el robo de los descubrimientos de tecnología a Tesla –suponemos que todos los descubrimientos del serbio ayudaron a Nasa a lograr todo esto- y admitiendo también su origen.

  Venga o no de un pueblo interesado en el desarrollo de los viajes interestelares de la humanidad, lo más importante de este artículo es que Nasa, teniendo en cuenta todo esto,  pues tendría que liberar y hacer pública la energía libre que habría descubierto Tesla,  y que una élite poderosa teme que pueda hacerse pública, porque directamente destrozaría todo el sistema económico basado en el control de la energía que se tienen montado y que nos mantiene en una prisión brutal,  cuando podríamos tener un mundo muchísimo más justo.

  De nosotros depende pues comenzar a pedir explicaciones sobre el programa espacial, sobre la llegada del hombre a la Luna,  a Marte, sobre las declaraciones de estas personas sobre el uso que se hace de nuestros impuestos y sobre todo que se ha hecho con la obra de un genio sin igual, hoy olvidado por una sociedad dormida que descubrió con o sin ayuda pues como poner un un hombre en Marte,  en el tiempo en el que los hombres estamos lanzando bombas nucleares como animales en nuestro planeta. 

domingo, 24 de abril de 2016

Pintura de un “hombre que corre” aparece en una foto de la NASA en Marte


Mientras analizaba las fotos de Marte de la NASA, el ufólogo Scott Waring descubrió una imagen en la que, según él, se ve la pintura de un hombre corriendo, informa RT.
“Mientras miraba las fotos tomadas hoy por el Curiosity Rover, me encontré con una que tenía siluetas en ella”, publicó el ufólogo en su blog. “Uno de los dibujos describe un hombre corriendo. El otro muestra una serpiente”, aseguró.
Lo que le llamó la atención a Waring fue la “sorprendente similitud” entre lo que se ve en la imagen captada por el rover Curiosity de la NASA y las pinturas rupestres de la Tierra encontradas en el parque Matobo de Zimbabue.



Similitudes

 “Encuentro muchas similitudes en esta silueta y las pinturas ancestrales realizadas en cuevas, acá en la Tierra”, afirmó.
Según el ufólogo, el “dibujo” encontrado en la imagen pone en evidencia la presencia de vida antigua y de una cultura avanzada en Marte. Entre otras cosas, Waring ya ha descubierto y publicado imágenes de Marte en las que se muestran un “cráneo de dinosaurio, un gorila, un camello y peces prehistóricos”.
A los escépticos, el ufólogo los acusa de hipocresía. Mientras descartan la última “prueba” de arte extraterrestre en Marte, afirma, estos aceptan pruebas idénticas de la cultura prehistórica en la Tierra.

“Cierto que son muy primitivas”, dijo Waring sobre las pinturas en Marte, “pero acá en la Tierra no las descartamos cuando las vemos, sin embargo, solo porque es Marte y el hecho de que no soy un empleado del gobierno parece suficiente para que la mayor parte de la gente diga que lo que pienso es incorrecto”.
“Esta es una foto de una fuente del gobierno, y fue un objeto no sesgado… un Rover… el que la tomó”, dijo Waring. “No tiene nada que esconder, y nada que ganar. Por lo tanto, descartar esta evidencia es darle la espalda a la razón”, acusó.

viernes, 23 de octubre de 2015

Cydonia vs Utopia: La Guerra Mundial de Marte



Vicente Fuentes comenta la asombrosa teoría de John Brandemburg, físico especialista en plasma, que expone diferentes anomalías radioactivas en el planeta rojo que solo podrían deberse a la explosión de artefactos atómicos de forma controlada. Estudiaremos de forma fácil y entendible las diferencias entre los espectros nucleares de diversas sustancias ante los restos encontrados de lo que parecería ser una guerra entre

viernes, 2 de octubre de 2015

El Anuncio de Agua en Marte de NASA, lo hizo hace 9 años



Les dejo este vídeo de Mundo Desconocido, la web de José Luis Camacho.

NASA, nuevamente nos sorprende con otro “Re-Descubrimiento”, ya que hace 9 años dijo que había encontrado agua y en las mismas ubicaciones que ahora, todos los grandes medios de comunicación del mundo lo están mostrando de manera sensacionalista.
Desconocemos lo que pretenden con este sensacionalismo pero nos parece lamentable que se nos manipule con la reedición.

 
Anuncio en 2015 de la NASA sobre el agua encontrada:

 Anuncio en 2006 de la NASA sobre el agua encontrada:


lunes, 31 de agosto de 2015

Las lunas de Barsoom


   Hay una serie de novelas ampulosamente escritas con títulos como Thuvia, Maid of Mars, The Chessman of Mars, The Princess of Mars, The Warlords of Mars, y así sucesivamente.  Se trata de novelas sobre Marte.  Pero no acerca de nuestro Marte, el Marte revelado por el Mariner 9.
Por lo menos, no creo que nuestro Marte sea como el de esas novelas escritas por Edgar Rice Burroughs, el creador de Tarzán.  Su Marte era el de Percival Lowell, un planeta de antiguos fondos marinos, canales y estaciones de bombeo, bestias con seis patas y hombres –algunos sin cabeza- de todos los colores, incluyendo el verde.  Tenían nombres como Tras Tarkas.  Probablemente, la hipótesis más notable propuesta por Burroughs en estas novelas era que los seres humanos y los habitantes de Marte podían tener descendencia, prole, proposición biológicamente imposible si los marcianos y nosotros tenemos orígenes biológicamente distantes.  Burroughs escribió muy honestamente acerca de la infertilidad de un virginiano, milagrosamente transportado a Marte, y de Dejah Thoris, la princesa de un reino con el improbable nombre de Helium.

  No tengo dudas de que el precedente de un reino llamado Helium condujera directamente al planeta llamado Kriptón, patria de Supermán, el protagonista de la saga de historietas y películas.  Hay aquí una rica vena de material literario que aún no se ha explotado bastante.  El futuro puede mostrar planetas, estrellas, o incluso galaxias completas, llamadas Neón, Argón, Xenón y Radón, gases nobles.
Pero el nombre ideado por Burroughs, que a través de los años me ha obsesionado, es el que imaginó que los marcianos dieron a Marte:  Barsoom.  Y fue una frase suya más que ninguna otra cosa la que se grabó en mi pensamiento:  “Las violentas lunas de Barsoom”.
  Pues sin duda, Marte es un mundo con dos lunas, situación que parecería completamente natural para los habitantes de dicho planeta como para nosotros lo es contar con una sola luna.  Sabemos cómo se presenta nuestro solitario satélite a simple vista desde la superficie de la Tierra.  Pero, desde la superficie de Marte, ¿qué aspecto tienen las lunas de Barsoom?  Esta pregunta tuvo respuesta el año 1971 con el viaje del Mariner 9.
 Las lunas de Marte fueron creación de Johannes Kepler, el descubridor de las leyes del movimiento planetario y hombre de escasa talla intelectual.  Pero vivió en el siglo XVI, en un clima intelectual muy diferente del actual.  Confeccionaba horóscopos para poder comer;  la astronomía era su pasión más que su ocupación.  Su madre fue juzgada y condenada por bruja.  Cuando Kepler se enteró del descubrimiento de Galileo, con uno de los primeros telescopios astronómicos, de las cuatro grandes lunas de Júpiter, él inmediatamente concluyó que Marte tenía dos lunas.  ¿Por qué?  Porque Marte se hallaba a una distancia intermedia del Sol, entre la Tierra y Júpiter.  Sin duda, parecía evidente que debía poseer un número intermedio de lunas.  Las observaciones parecían demostrar que Venus carecía de lunas, la Tierra contaba con una y Júpiter con cuatro.  Hoy día sabemos que Júpiter tiene por lo menos 61 lunas conocidas. Las cuatro más grandes son llamadas Io, Europa, Ganímede y Calisto. Estas cuatro lunas son llamadas los satélites Galileanos porque ellas fueron primero vistas en 1610 por el astrónomo Galileo Galilei. Ganímede es la luna más grande en el Sistema Solar, con un diámetro de 3,260 millas. Io tiene una gran cantidad de volcanes activos y está cubierta con azufre. Calisto tiene un océano acuático debajo de su superficie de hielo rocosa, altamente bombardeada y cubierta de cráteres. Europa, la cual está cubierta por una superficie de hielo agrietada, también puede ser que tenga un océano de agua líquida. Las otras lunas son más pequeñas y tienen formas irregulares. Se piensa que la mayoría de estas lunas pequeñas son asteroides que fueron atrapados por la fuerte gravedad de Júpiter.
  Kepler pudo haber deducido dos o tres lunas para Marte, pero la pasión de toda una vida por las progresiones geométricas le llevó a elegir dos. 
  Pero el prestigio de Kepler era inmenso, particularmente después de que las leyes del movimiento planetario derivasen de la teoría de la gravitación de Isaac Newton;  y así, las alusiones literarias a las dos lunas de Marte perduraron a lo largo de los siglos.  En la un tanto larga historia corta de Voltaire, Micromegas, un ciudadano de la estrella Sirio se da cuenta, por casualidad, cuando viajaba por nuestro Sistema Solar, de que Marte tenía dos lunas.  Hay una referencia más famosa a las dos lunas marcianas en la sátira de Jonathan Swift de 1726, Viajes de Gulliver, no en la parte de los liliputienses, ni en la de los gigantes o en la de los caballos inteligentes, sino en la menos leída de todas, la que se refiere a la isla flotante y aérea de Laputa.  El episodio es, sin duda, una crítica descaradamente razonada de las tensas relaciones hispano-británicas en la época de Swift, porque la puta es una palabra española que equivale a prostituta.  Las metáforas políticas son oscuras, al menos para mí.  De todos modos, Swift anuncia casualmente que los astrónomos de Laputa han descubierto dos lunas de Marte, las cuales poseen rápidos movimientos y han proporcionado información sobre su distancia a Marte y sus períodos de traslación alrededor de Marte, información que es incorrecta, pero que es inteligente como intuición.  Existen toda una serie de publicaciones sobre cómo era posible que Swift conociera las lunas de Marte, incluyendo la sugerencia de que Swift era marciano.  Sin embargo, las pruebas demuestran que Swift no era un marciano y que su conocimiento sobre las dos lunas, sin duda, puede deberse a las especulaciones de Kepler.
El verdadero descubrimiento de las dos lunas de Marte se hizo desde el exterior de Washington D.C. en 1877.  El Observatorio Naval de los Estados Unidos acababa de terminar un gran telescopio refractor.  El astrónomo del observatorio, Asaph Hall, intentó averiguar si las lunas de Marte, ensalzadas en canciones y en la literatura, existían realmente.  Sus primeras noches de observación constituyeron un fracaso, y de mal humor incluso anunció a su esposa que se proponía abandonar la búsqueda.  La señora Hall no admitió esto y animó a su marido a que trabajara unas cuantas noches más con el telescopio, hasta que el hombre tuvo a su alcance los satélites marcianos.  Durante un corto período de tiempo pensó que había hallado tres satélites, porque el interior se movía tan rápidamente que en una noche le vio a un lado de Marte y a la noche siguiente en el otro. 
  Hall bautizó a las lunas con los nombres de Fobos y Deimos, como los caballos que arrastraban la cuadriga del dios de la guerra en la mitología griega;  significaban, respectivamente, temor y terror. 
El subsiguiente estudio de Fobos y Deimos llevado a cabo entre 1877 y 1971 tiene una curiosa historia.  Las lunas de Marte son tan pequeñas que aparecen, incluso contempladas con los mejores telescopios, como simples puntos de luz.  Son excesivamente pequeñas para haber sido observadas con los telescopios anteriores a 1877.  Sus órbitas pueden calcularse anotando sus posiciones en varios tiempos.  En 1944, en el Observatorio Naval de los Estados Unidos, B. P. Sharpless reunió todas las observaciones que tenía a su disposición por entonces para determinar las órbitas con la mayor precisión.  Halló que la órbita de Fobos parecía decaer en lo que los astrónomos denominaban aceleración secular.  En largos períodos de tiempo, el satélite parecía estar aproximándose cada vez más a Marte, a la vez que se movía también mucho más rápidamente.  Este fenómeno nos es muy familiar hoy día.  Las órbitas de los satélites artificiales decaen durante todo el tiempo en la atmósfera de la Tierra.  Inicialmente se reducen a causa de las colisiones con las difusas capas superiores de la atmósfera de la Tierra, pero mediante las leyes de Kepler el resultado neto es un movimiento más rápido.
  La conclusión de Sharpless, de una secular aceleración para Fobos, continuó siendo una curiosidad sin explicar y casi sin examinar, hasta que alrededor de 1960 la tuvo en cuenta el astrofísico soviético I. S. Shklovski.  Este pensó en una amplia gama de hipótesis en cuanto se refería a la aceleración secular, entre ellas la influencia del Sol, la de un campo magnético de Marte y la de la gravedad de este planeta.  Halló que ninguna de estas hipótesis encajaba con exactitud.  Entonces volvió a considerar la posibilidad del arrastre atmosférico.  En los días anteriores a la investigación de Marte con naves espaciales, se conocía escasa e indirectamente el tamaño exacto de los satélites marcianos, pero se sabía que Fobos tenía unos 20 kilómetros de diámetro. La altitud de Fobos sobre la superficie de Marte también se conocía.  Shklovski y otros antes que él descubrieron que la densidad de la atmósfera marciana era demasiado baja para producir el arrastre indicado por Sharpless.  Fue precisamente en ese momento cuando Shklovski hizo una audaz  y brillante suposición.
  Todos los cálculos efectuados para demostrar que no existía arrastre atmosférico habían presupuesto que Fobos era un objeto de densidad corriente.  Pero, ¿y si su densidad era muy baja?  A pesar de su enorme tamaño, entonces su masa sería muy pequeña, y su órbita podría resultar afectada por la enrarecida superior atmósfera marciana.
  Shklovski calculó la precisa densidad de Fobos y halló un valor que alcanzaba a una milésima parte de la densidad del agua.  Ningún objeto natural o sustancia tiene una densidad tan baja;  hay una madera que tiene la mitad de la densidad del agua.  Así pues, con densidad tan baja sólo quedaba una conclusión posible:  Fobos tenía que estar hueco.  Un objeto enorme y hueco, con 20 kilómetros de diámetro, no podía crearse mediante procesos naturales.  Por lo tanto, Shklovski concluyó que había sido creado por una avanzada civilización marciana.  Indudablemente, un satélite artificial de 20 kilómetros de diámetro requiere una tecnología mucho más avanzada que la nuestra.
  Como no había señales de tal civilización avanzada en Marte, Shklovski supuso que Fobos –y posiblemente Deimos- habían sido lanzados al espacio en un lejanísimo pasado por una desaparecida civilización marciana.  A continuación de los primeros trabajos de Shklovski sobre el tema, los movimientos de las lunas de Marte fueron examinados en Inglaterra por G. A. Wilkins, quien manifestó que era probable no existiera aceleración secular.  Pero no podía estar seguro.
  La extraordinaria sugerencia de Shklovski en el sentido de que las lunas de Marte podrían ser artificiales es una de las tres hipótesis que hay sobre su origen.  Las otras dos son:  1) que las lunas son asteroides capturados, o  2) que son una especie de restos que quedaron allí cuando se formó Marte.
  Los asteroides son pedazos de roca y metal que giran alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter.  En la hipótesis de “restos marcianos” se considera que trozos de roca de diversos tamaños se unieron para formar Marte;  que la última generación de tales piezas produjo los enormes y antiguos cráteres sobre Marte, y que Fobos y Deimos son, por casualidad, los únicos restos que aún perduran de la primitiva historia catastrófica de Marte.
  Es evidente que el hecho de confirmar alguna de estas hipótesis, cualquiera de las tres, sobre el origen de las lunas de Marte, sería un logro de suma importancia científica.
  La misión del Mariner sobre Marte, en 1971, implicaba el empleo de dos naves espaciales, el Mariner 8 y el Mariner 9.  Iban a situarse en órbitas diferentes también con distintos propósitos en el estudio de Marte.  Cuando finalmente hubo acuerdo acerca de estas órbitas, se notó que no estaban lo suficientemente lejos de las órbitas de Fobos y Deimos.  También las observaciones realizadas por televisión y con otros medios sobre Fobos y Deimos, por la nave espacial Mariner, podrían permitir determinar parte de su origen y naturaleza.
 Por lo tanto se solicitó permiso a los funcionarios de la NASA que organizaban y dirigían la misión, para programar observaciones de Fobos y Deimos.  Aún cuando los directores de la misión en el Jet Propulsion Laboratory, verdadera organización operativa, no se mostraran muy contrarios a la idea, algunos funcionarios de la NASA se oponían a ella.  Por supuesto existía un plan de la misión escrito en un grueso libro donde se determinaba taxativamente lo que hacían los Mariner 8 y 9.  Pero en dicho plan no se mencionaba para nada a Fobos y Deimos.  Así pues, no se podía observar a Fobos ni a Deimos.  Pura burocracia.
Se indicó que la propuesta solamente requería mover las plataformas de registro en la nave espacial para que las cámaras pudiesen observar los satélites marcianos,  La respuesta, una vez más, fue negativa.  Poco tiempo después se presentó otro documento en el que se decía que, si Fobos y Deimos eran asteroides capturados, el hecho de examinarlos desde el Mariner 9 equivalía a efectuar una misión casi o del todo gratuita en el cinturón de asteroides.  La maniobra que se había propuesto en la plataforma de la nave espacial ahorraría a la NASA doscientos millones de dólares.  En algunos círculos esta propuesta se consideró como más apremiante.  Al cabo de un año y tras muchos cabildeos, se formó un grupo técnico y se hicieron proyectos para examinar Fobos y Deimos.  El grupo que podríamos llamar de trabajo sobre astronomía de satélites, lo presidió el doctor James Pollack;  pero uno de los signos que dio la NASA acerca de su mala disposición fue que el grupo se formó con posterioridad al lanzamiento del Mariner 9 y sólo dos meses antes de su llegada a Marte.  Mientras tanto ya había fallado el Mariner 8.
Cuando el Mariner 9 llegó a Marte, se encontró un planeta casi enteramente oscurecido por el polvo.  Puesto que en Marte había muy poco que observar, de repente estalló un insólito entusiasmo por examinar Fobos y Deimos.  El primer paso fue tomar fotografías desde cierta distancia con objeto de establecer con cierta precisión  las órbitas y situaciones de las lunas.  Esta tarea se cumplió de forma preliminar dos semanas después de que la nave espacial penetrara en la órbita marciana.  El Mariner 9 tenía un período orbital de aproximadamente doce horas, de manera que daba la vuelta a Marte dos veces al día.
Las fotografías que el Mariner 9 envió por televisión a la Tierra fueron radiadas de forma muy parecida a como se enviaban en nuestro planeta fotografías de un continente a otro por cable.  La fotografía está dividida en gran número de pequeños puntos (para el Mariner 9, varios centenares de miles), cada uno de los cuales con su propio brillo, o sombra o gris, desde el negro al blanco.  Una vez que la nave espacial tomó la fotografía y allí se registraba sobre cinta magnética se enviaba a la Tierra punto por punto.  En efecto, la comunicación dice:  punto número 3277, nivel gris 65;  punto número 3278,  nivel gris 62, y así sucesivamente.  La fotografía se “reúne” por medio de computadora en la Tierra, esencialmente siguiendo los puntos.
La primera fotografía de Fobos, un primer plano relativamente claro, se obtuvo en la revolución 31.  Mostraba una foto “Polaroide” de la imagen videomonitor de Fobos en la revolución 31, recibida el día 30 de noviembre de 1971.  Aún así la imagen es excesivamente borrosa como para poder llegar a conclusión alguna.
Ya tarde, aquella misma noche, el doctor Joseph Veverka, de Cornell, trabajó junto a Carl Sagan en el Image Processing Laboratory de JPL para conseguir, mediante técnicas de ampliación y contraste por computadora, todos los detalles que se pudiesen lograr de la imagen.  La forma de Fobos es irregular.  ¿Son cráteres esos manchones?
Nuestra fotografía se construyó en el vídeo-monitor de la computadora, línea por línea y de arriba hacia abajo.  A medida que emergió gradualmente lo que parecía ser el mayor cráter, vimos un punto brillante en su centro;  solo por un momento se tuvo la sensación de que estaban viendo una luz artificial.  Pero cuando se pidió a la computadora que suprimiera todos los pequeños errores, el punto brillante desapareció.
En la revolución 34, el Mariner 9 y Fobos se aproximaron mutuamente a menos de 8000 kilómetros, uno de los mayores acercamientos de toda la misión.  Por la noche, tarde, al recibir la fotografía, Veverka y Sagan se pusieron a trabajar de nuevo con la computadora.  No estaban seguros de cuál era el aspecto que presentaba un satélite artificial de 20 kilómetros de diámetro, pero no parecía ser eso.  Fobos más bien se parecía a una papa podrida.  De hecho, estaba lleno de cráteres.  Para que se hayan acumulado tantos cráteres en esa parte del sistema solar debe ser muy viejo, probablemente de miles de millones de años.
En su conjunto Fobos parece ser un fragmento natural de una roca mayor, terriblemente vapuleada por repetidas coliciones;  allí se han abierto o excavado orificios y se le han arrancado trozos, como a golpes de hacha.  En Fobos no hay señal alguna de tecnología.  Fobos no es un satélite artificial, expresaron los científicos. Cuando, mediante la misma labor realizada en la computadora, se ampliaron las fotos de Deimos ocurrió lo mismo, y así llegaron a la misma conclusión.
Estudios realizados recientemente demuestran que Fobos es artificial.
VER ARTICULO RELACIONADO:  
El satélite marciano Fobos es artificial

martes, 30 de septiembre de 2014

Encontraron un "semáforo" en Marte


Le mostramos en ésta oportunidad una curiosa fotografía que ha llegado a nuestras manos.

El rover Curiosity, que lleva más de dos años analizando la superficie de Marte, no deja de enviar fotografías espectaculares del planeta rojo. Una de las últimas es, como mínimo, curiosa. En ella se ve una roca con una parecido asombroso a los semáforos de la Tierra.


Esta curiosa figura fue detectada por un periodista de Bristol (Reino Unido) que dirige el canal de YouTube ArtAlienTV. "Vi esto y pensé: 'Espera, parece un poco extraño'", cuenta Joe White al Daily Mail. "Creo que se ve como un semáforo", añade.
Es evidente que el hallazgo es fruto de la casualidad. Tan sólo son rocas superpuestas que pueden generar en el imaginario colectivo la forma de un semáforo. Pero es algo indicativo de las muchas sorpresas que nos puede deparar el planeta rojo.



Hay un segundo hallazgo en la superficie de Marte que ha llamado poderosamente la atención. Se trata de una bola de forma esférica casi perfecta que descansa sobre una roca plana. Según los científicos de la NASA, no es tan grande como parece –es solo de alrededor de dos quintas partes de una pulgada– y es más probable que sea una "concreción", es decir, una masa sólida dura formada por la acumulación de materia.

martes, 28 de enero de 2014

Imágenes del planeta Marte

  En ésta oportunidad vamos a exponer una serie de fotografías tomadas de Google Mars en la que se observa vegetación y estructuras artificiales en el planeta Marte.  Al pié de cada fotografía están las coordenadas para que Usted pueda verlas por sí mismo.

Se observa vegetación en Marte.  Nótese el color verde de la misma.





Esto que parece un cráter en realidad no lo es.  Obsérvese en su interior una estructura artificial.


Estructuras artificiales en Marte


Se observan estructuras extrañas de apariencia artificial





Estructura escalonada en el interior de este ¿cráter?


  Pues allí están la imágenes.  Saque Usted sus propias conclusiones.  Sin más nos despedimos de hasta el próximo material.  FT

lunes, 13 de enero de 2014

Objeto metálico en Marte



El rover Curiosity, de la NASA, sigue recorriendo la superficie marciana, y a su paso no deja de encontrar y fotografiar nuevos elementos que despiertan la curiosidad y el entusiasmo de la comunidad científica. En
este caso, se trata de una imagen registrada el pasado 30 de enero, en la que puede observarse un objeto brillante y de aspecto metálico. La protuberancia se encuentra entre rocas y, según los investigadores de la agencia espacial encargados de analizar en detalle la información recogida por el robot, mediría 0,5 centímetros de altura. Por tratarse de un material que debe tener una gran resistencia a la erosión, y al no estar cubierto de polvo como el resto de las rocas que lo circundan, los científicos han planteado la posibilidad de que se trate, en efecto, de metal, ya que este material se deshace con facilidad del polvo. Si bien todavía restan realizarse estudios que terminen por definir la composición y origen del objeto, la opción de que esta protuberancia sea metálica abre un interesante campo de investigación, y permite ampliar el conocimiento que tenemos de Marte.